¡LO AMAMOS! 

Creemos que este es el estilo que corre por las venas de nuestra humanidad, un alma que quiere expresarse y mostrar sus múltiples formas y colores, un espíritu creativo, único y original que no deja indiferente sino que sale a relucir sagradamente para ser escuchado.

 Estilo completamente opuesto al minimalismo, una paradoja que cambia el “menos es más” por el “más es mejor”

Estridente, extravagante, potente, lúdico, una estética que abusa y sobre abusa sin permitir vacíos, espacios rebosantes de objetos, donde la exageración de lo llamativo pasa a generar en el hombre un colapso completamente armónico.

PASIÓN | SORPRESA | ASOMBRO | ACCIÓN | REACCIÓN

Huracán de objetos que generan impacto visual y llenan el lugar de una esencia extremadamente particular.

Este estilo se escribe a través de la enumeración: colores, pieles sintéticas, alfombras estampadas, papeles murales, flores falsas, manteles de hule, muñecas de plástico, cosas de colección, lámparas de lágrimas, cojines peludos, animales de escultura, santos, figuras religiosas, candelabros, velas e incontables materias, mobiliario de terciopelo, muebles vintage, sillas labradas llenas de ornamentos y detalles.

¡Explosión de muchísima creatividad que convierte a los espacios en vibrantes!

No hay moral en su composición, su única regla es buscar una saturación bien construida, aunque parezca despelotado todo está muy bien pensado, y el dorado, es la clave decorativa por unanimidad.

¿De dónde viene?: Del alemán cuya etimología es la palabra kitschen, que significa ‘barrer mugre de la calle’. Alrededor del año 1930, el término se asociaba a la vulgaridad y a la necesidad de mostrar ostentación de “los nuevos ricos” . Apariencia y estatus social. Fue la estética del “pobre” con ansias de aspirar a tener más y dejar de ser invisible ante una sociedad materialista. Su origen hace casi 100 años fue la encarnación de una sociedad basada en el tener por tener, reflejando un pensamiento en donde, cuanto más se tiene, más prestigio y posicionamiento social se adquiere.

Aquí no importa la armonía sino lo caótico, el desequilibrio decorativo, la mezcla de texturas con colores disonantes, no interesa la combinación ni siquiera la funcionalidad, su único objetivo es solamente estético, la extravagancia y la extrañeza.

¡Un estilo cuyo espíritu habla gritando!