Palpita el corazón, una vuelta de tuerca del minimalismo manteniendo su valor trascendental “MENOS ES MÁS”.

Una estética que se adhiere al alma humana y se transforma en filosofía de vida. Todo se reduce a lo esencial, un estilo que encarna el despojo y la sobriedad enalteciendo el vacío.

Esta tendencia nacida en Estados Unidos en los 60s, fue una revolución en el arte, la arquitectura y el interiorismo, desligándose completamente de la cultura de consumo representada por el Pop-art haciendo hincapié en la “nada” como lugar de expresión y encuentro. 

 

Hoy a partir de esta belleza, nace un nuevo movimiento estético que transforma la frialdad del minimalismo puro agregándole un alma acogedoramente sutil. El minimalismo cálido será esa matriz donde la pureza está marcada por lo natural.

Un minimalismo repensado desde tres vertientes: Wabisabi, donde lo imperfecto adquiere un valor trascendente; la corriente Nórdica, basada en la simpleza de las formas; Japandi, enfocándose en espacios limpios, zen y funcionales.

Meter la estética a la juguera preparando al mundo para su nacimiento, una fusión que se desliga de lo pulido dándole espacio al relieve de la naturaleza, una belleza enfocada en materia orgánica, como la madera, las ramas y las piedras, respetando la textura original  y alabando el amor por el paso del tiempo. Se alude al propio desgaste natural, abandonando lo liso y retornando a lo artesanal, al corazón de la manufactura cuyo pilar indestructible es la autenticidad de lo identitario.

Volver al origen, al corazón de lo nativo, resaltando la belleza de la naturaleza como textura, esto junto a la sobriedad del movimiento minimal, pocos objetos pero con alma, un lenguaje de colores neutros que saca a relucir los tonos de la tierra, con sus luces y sombras, sus montañas y llanuras, sus océanos y sequías.

Aquí la arquitectura y el mobiliario se guía por líneas curvas, formas orgánicas que otorgan movimiento, un dinamismo estructural que permite oler calidez en el ambiente, espacios que conmueven por su capacidad de acogida y que dialogan entre sí impregnando fluidez y aire, aquí se inhala y se exhala, aquí se respira.

Luz, espacios luminosos, luz

Carácter y calidez en un grado museológico 

Brutalidad, apoderarse de la crudeza y el acabado mate

 

¡UN ESTILO CUYO ESPÍRITU HABLA EN SUSURROS!